Hola Amigos, buen día. El año se inicia con una agenda repleta de informes, que llegarán a partir del miércoles. Como suele ocurrir en la primera semana del mes, los datos de empleo no agrícolas acapararán la atención de los operadores el próximo viernes.
Justamente, la variable del empleo que, hasta hace poco, no ofreció ningún tipo de preocupación para la economía, va a estar en el candelero en 2024. La creación de empleos ha ido disminuyendo con el paso de los meses, y si bien el mercado de trabajo se vio resentido por la política monetaria de la Fed (llevó de 0 a 5.5% la tasa entre marzo de 2022 y julio de 2023), es claro que ya no tiene la solidez de hace un año. Las vacantes de empleo tomarán protagonismo en el calendario de noticias, y también las encuestas de empleo privado.
El dólar cayó en las últimas semanas de 2023, aunque su baja no fue decisiva. El euro pasó de 1.0460 a quebrar 1.1100 en poco tiempo, pero no pudo acercarse a 1.1275, el máximo del año que había alcanzado a mediados de julio.
La moneda única se vio favorecida por la aceleración de los aumentos de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, aunque esta entidad también tuvo que abandonar dichos aumentos ante el riesgo de generar una caída importante en la actividad económica y llevar a la Eurozona a una recesión. Ello explica, en parte, que el euro se haya movido relativamente poco durante 2023, con una amplitud de precios no mayor a los 800 puntos.
La libra esterlina se ha movido más, pero siguiendo los pasos del euro. Después de superar 1.3100, cayó debajo de 1.2000, para acercarse a 1.2800 sobre el final del mes. El Banco de Inglaterra, que había aumentado la tasa de interés por el término de dos años, con alzas más pausadas y menos intensas, no logró doblegar a una inflación que finalizó el año en el 3.9%, con una tasa del 5.25%. La economía británica está técnicamente en recesión, y esto puede pesar sobre la libra esterlina, que tendrá por delante la difícil empresa de superar 1.3200, y comenzar a apuntar a los máximos de 2022, apenas por encima de 1.3600.
El yen terminó el año con una pérdida importante, en la zona de 141.00, frente al cierre de 2022 en 131.00. Claro que su caída se vio atenuada en los últimos dos meses, luego de llegar a 151.90 en noviembre. El inminente cambio de política monetaria de la Fed y del Banco de Japón está influyendo positivamente para el yen. Si la Fed recorta su tasa y el BoJ comienza a aumentar la propia, aún en negativo desde hace varios años, el yen podría quebrar la zona de 130.00 durante los próximos meses. En el corto plazo, la moneda nipona necesitará vulnerar una fuerte línea de tendencia alcista en 139.20, que guía al par USD/JPY desde 2022.
La onza de oro finalizó el año en 2062 dólares, con una perspectiva alcista en el corto plazo. El metal precioso explotó al alza a principio de octubre cuando comenzó el conflicto bélico en Medio Oriente, y tuvo su mejor momento en noviembre, cuando llegó a 2148 dólares, segundo máximo histórico del año (el primero lo había tenido en mayo en 2081 dólares). Técnicamente, el gap que dejó en 1834 dólares, no cubierto, es un imán que pesará sobre la onza.
La bolsa de Nueva York volvió a brillar con todas sus luces en la última parte del año, con sendos máximos históricos que, casi a diario, tocaron sus índices principales. La presunción de recortes de tipos de interés de la Fed encendió el optimismo en Wall Street. Sin embargo, desde un punto de vista técnico, la sobrecompra que presentan los índices anticipa una corrección bajista de alto tenor.
La ausencia de informes importantes hará de este martes un día de movimientos cautelosos, sin cambios de tendencia en los pares principales de divisas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen inicio de 2024, nos vemos el miércoles.