Inflación moderada, reacción moderada

Hola Amigos, buen día. Los datos de inflación de julio en Estados Unidos mostraron una baja, esperada, respecto al mes anterior. Una de las mediciones, la que excluye alimentos y energía en términos interanuales, quedó incluso por debajo de los pronósticos, cayendo al 2.9% anual frente al 3% esperado.

Sin embargo, las cifras no parecieron conformar a los mercados. Después de los primeros caóticos días del mes, la impresión es que los operadores esperaban cifras más contundentes, que condujeran a la Fed a un recorte de tasa agresivo en septiembre.

De esta manera, todo indica que el banco central iniciará sus recortes el mes próximo, pero de manera moderada, de no más de un cuarto de punto, para evitar rebrotes inflacionarios.

Esta presunción deja de lado, al menos por ahora, que el mercado laboral ofreció en julio (dato conocido hace dos viernes) su peor cifra en más de tres años en la tasa de desempleo, y la menor creación de empleo desde noviembre de 2020. También omite que las cifras de manufacturas medidas por ISM quedaron en su nivel más bajo en un año.

La bolsa de Nueva York festejó las novedades de la víspera, esperando un recorte de la Fed, aunque la reacción tampoco fue eufórica. El índice Dow Jones llegó a su nivel más alto desde el 2 de agosto, borrando las pérdidas que sufrió desde entonces, y un comportamiento similar mantuvieron el S&P 500 y Nasdaq 100.

El dólar cedió ligeramente en sus pares principales, acelerando su sesgo bajista ante el euro, que llegó a un nuevo máximo anual en 1.1047. La sobrecompra que presenta la moneda europea en las primeras horas del jueves invita a pensar en una corrección bajista, que podría tener lugar durante la sesión americana. En dicho caso, la zona de 1.0970 será el primer soporte, con siguiente objetivo en 1.0930. La superación de 1.1045 le dará al euro impulso para buscar 1.1070 y 1.1110, próximas resistencias.

La libra esterlina, en tanto, apenas pudo sacar provecho de los datos de inflación. Horas antes de los mismos se conocieron las mismas cifras en Reino Unido, con resultados menores a lo esperado. Si bien la libra reaccionó al alza, su fortaleza se apagó en horario americano, y apunta a la baja para las próximas horas, con un soporte inmediato en 1.2800, seguido de 1.2780.

El yen, por su parte, cae ante el dólar en las primeras horas del jueves, luego de una recuperación efímera con los datos de inflación antes mencionados. El precio actual del par USD/JPY de 147.30 deja al cruce sin una tendencia clara, y a la espera de otros datos importantes. El quiebre de 146.50 le daría un impulso alcista de corto plazo a la moneda nipona.

La onza de oro sufrió una fuerte baja en la sesión americana, y rebotó recién en 2437 dólares, donde encontró soporte en el 38.2% de su alza anterior, que la había dejado al borde de sus máximos históricos (tocó 2480 dólares frente a los 2483 del 17 de julio). El metal precioso mantiene un sesgo alcista marcado, y probablemente busque dichos máximos durante las próximas horas.

El calendario de noticias incluye el crucial dato de ventas minoristas de julio. Se espera que las mismas hayan crecido un 0.4% el mes pasado, aunque las que excluyen ventas de vehículos solo lo harían en un 0.1%. Si estos pronósticos se cumplen el dólar tendrá un fuerte respiro durante el resto de la semana.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.

Datos de inflación de julio, el dato del mes

Hola Amigos, buen día. Cuando este miércoles a las 8:30 del este se conozcan las cifras de inflación de julio en Estados Unidos comenzará a develarse una incógnita que mantiene en vilo a los mercados: ¿comenzará la Fed a recortar su tasa de interés en septiembre, o necesitará más tiempo para verificar que el costo de vida baja en forma sustentable?

Los números de los últimos meses han sido elocuentes en ese sentido. La inflación hasta junio se situó en el 3.3% en términos interanuales excluyendo las volátiles variables de alimentos y energía, que quedan fuera del alcance del banco central.

Asimismo, los datos de empleo ofrecieron el mes pasado cifras muy por debajo de lo esperado, con un alza de la tasa de desempleo en su máximo de casi tres años, en el 4.3%. Por otro lado, el ISM de manufacturas se aleja de la barrera de los 50 puntos, que debe superar para marcar expansión del sector, y tan solo el ISM de servicios quedó apenas sobre los pronósticos en una publicación conocida el lunes pasado.

Con estas cifras pareciera que la Fed no tiene más remedio que comenzar a recortar la tasa. Hasta hace poco más de una semana ello se daba por descontado, y muchos arriesgaban un recorte de medio punto en las próximas tres reuniones, pronóstico que se fue diluyendo con el paso de los días.

Lo que se mantiene firme es la expectativa por los datos de este miércoles. En la víspera hubo un buen anticipo, que fue el índice de precios de la producción (inflación mayorista), que cayó al 2.4% interanual subyacente, lejos de lo esperado.  Si bien el informe no fue el más importante en cuanto al impacto en los precios, Wall Street reaccionó con euforia, ante la presunción de un recorte en septiembre.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro retrocedieron al 3.86% en las notas a 10 años, ayudando al yen, que nuevamente parecía caerse con fuerza, y sosteniendo a la onza de oro muy cerca de sus máximos históricos de 2483 dólares, que tocó el pasado 17 de julio.

El euro se sitúa nuevamente cerca de 1.1005, su valor más alto desde el 2 de enero, en tanto la libra esterlina crece fuerte, superando 1.2850, pese al muy negativo dato de empleos de Reino Unido conocido en la sesión europea del martes.

Los pronósticos para este miércoles hablan de una cifra similar a la de junio, abriendo la puerta a todo tipo de sorpresas. La medición general en términos mensuales podría mostrar un crecimiento de la inflación al 0.2%, superando por lejos el -0.1% de junio; en tanto, la interanual, también medida en forma general, quedaría en el 3%, tal como el mes anterior. Por su parte, la medición subyacente en términos interanuales bajaría al 3.2% desde el 3.3% anterior. Son cifras muy parecidas, y cualquier desvío podría provocar movimientos muy encontrados entre sí. En principio, y de acuerdo a estos pronósticos, el dólar podría retroceder en sus paridades principales.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.

Oro, a punto de quebrar sus máximos históricos

Hola Amigos, buen día. Una baja pronunciada de los rendimientos de los bonos del Tesoro en Estados Unidos, y el recrudecimiento de la tensión en Medio Oriente le dieron un nuevo impulso alcista al oro, que se acerca a sus máximos históricos del 17 de julio, en 2483 dólares.

El metal precioso despejó algunas dudas que había dejado la semana anterior, ofreciendo un fuerte movimiento alcista en el inicio de la semana. El quiebre del máximo mencionado estiraría las ganancias del oro a la zona de 2500 dólares sin dificultades.

Ya en los días posteriores a su máximo histórico el oro estuvo cerca de superarlo. Sin embargo, a partir de allí no pudo sostener su fortaleza, y si bien no cedió en gran forma, su caída a 2350 dólares primero, y a 2379 dólares la semana pasada parecían quitarle gran parte de su impulso alcista de corto plazo. Desde dicho mínimo, la onza volvió a ganar casi 100 dólares en tan solo tres ruedas.

La baja de los rendimientos también ayudó al yen, que después de caer a 148.20 se recuperó a la zona de 147.15. La moneda nipona se muestra sumamente volátil desde mediados de julio, cuando el Banco de Japón aumentó la tasa de interés al 0.25%, generando a su vez un desarme general de posiciones en contra del yen.

La bolsa de Nueva York logró el lunes revertir parcialmente un opaco inicio de semana, con los índices Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq 100 apuntando ligeramente a la baja para las próximas horas.

En cuanto al resto de las monedas líderes, el euro llegó a 1.0939 en su máximo diario, y mantiene un tono alcista de corto plazo, el cual podría extender a las próximas horas. Lejos aún queda el máximo del año en 1.1005 que tocó la semana pasada, y la zona de 1.0945 primero, y 1.0970 más arriba, son las resistencias a seguir.

Respecto a la libra esterlina, mantiene una tendencia bajista de corto plazo, la cual logró revertir parcialmente el lunes, aun cuando se ubica lejos de 1.2950, nivel cuyo quiebre le daría fuerza para los próximos tiempos. Su primer objetivo se ubica en 1.2800, seguido de 1.2830 y 1.2870 para las próximas horas, con una alta probabilidad de ganancias para la moneda británica si los pronósticos de desempleo (a las 2:00 am del este del martes) se cumplen, con una baja sustancial de pérdidas de nóminas en julio.

El calendario de noticias incluye un dato clave: la inflación mayorista de julio en Estados Unidos, que medida en términos generales podría haberse mantenido en el 0.4%. La medición subyacente, que excluye alimentos y energía, podría haber caído al 0.2%, desde el 0.4%. Si esto ocurre, el billete puede sufrir una baja moderada, a la espera del informe más importante de la semana, que se conocerá el miércoles: la inflación minorista de julio, que terminará por confirmar -o no- la intención de la Fed de dar inicio a los recortes de tasa a partir del mes próximo.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.

Semana decisiva para la Fed

Hola Amigos, buen día. Si bien se movieron con ciertas turbulencias en los primeros días del mes, los mercados financieros se calmaron sobre el final de la semana pasada, a la espera de los datos clave del mes: las cifras de inflación minorista en Estados Unidos, previstas para el miércoles.

Este informe es vital para las acciones que tomará la Fed en materia de política monetaria en septiembre. En las semanas previas se hablaba de recortes de medio punto en la tasa de interés en las próximas tres reuniones de 2024; sin embargo, los ánimos se calmaron, y el banco central no parece dispuesto a cambiar tan drásticamente su proceder, teniendo en cuenta que la inflación se mantiene un 50% por encima de sus aspiraciones y que, en definitiva, las variables del consumo no son del todo negativas.

Los pronósticos hablan de una nueva moderación en la inflación, medida en términos interanuales y excluyendo las variables de alimentos y energía. Esto apuraría la decisión de la Fed de iniciar los recortes en septiembre pero, como quedó dicho, no sería en forma violenta sino gradual. Ante una sorpresa, nada de ello ocurrirá.

El caos reinante en los primeros días del mes se ha calmado. Demasiado, podríamos decir. Los datos de empleo quedaron muy por debajo de lo esperado, y las manufacturas cayeron a su peor nivel en un año. Sin embargo, los datos de servicios quedaron en orden y trajeron equilibrio a los ánimos alterados de los operadores.

La bolsa de Nueva York se recupera lentamente pero a paso firme de su caída de la primera semana del mes, en tanto la bolsa de Tokio, que fue noticia el lunes pasado por su colapso, cubrió todas sus pérdidas, y el índice Nikkei 225 cerró la semana con ganancias importantes.

En el mercado de divisas, el euro se mueve en torno a 1.0900, nivel que actuó como pivot durante gran parte de la semana. La moneda única se encuentra a mitad de camino entre un quiebre de 1.1005, máximos que tocó el día 2, y un quiebre de 1.0800, que dejaría de lado su actual sesgo alcista. Por el momento, el euro parece preparado para hacer pie y dirigirse a 1.1000, aunque difícilmente lo haga entre el lunes y martes, con los datos de inflación ya mencionados tan cerca.

La libra esterlina intenta asomarse a 1.2800. Por ahora, su tarea no ha dado resultados, y mantiene un sesgo bajista muy marcado, sin poder recuperarse del recorte de tipos del Banco de Inglaterra, y del carry trade con el yen, con un fuerte desarme de posiciones. La libra deberá ahora superar 1.2850 para apuntar a 1.3000, valor difícil de alcanzar en el corto plazo.

El yen no ofrece señales importantes, y su valor vuelve a estar vinculado a los avatares de los rendimientos de los Bonos del Tesoro. Si estos bajan, el yen crece, y así se mueve en estos días. Y para que ello ocurra, deben crecer las chances de un recorte de tipos de la Fed, que hasta ahora parece garantizado, aunque sin confirmación alguna. En el corto plazo, el quiebre de 145.80 le daría algo más de aire a la alicaída moneda nipona.

La onza de oro no pudo el viernes con un 61.8% de retroceso de su baja anterior, y debe ahora superar 2445 dólares para seguir creciendo. El metal precioso se mantiene pendiente de lo que sucede en Medio Oriente, con una tensión creciente. La superación de tal nivel pondría al oro cerca de sus máximos históricos del 17 de julio, en 2483 dólares.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.

Recesión: ¿Aquí no ha pasado nada?

Hola Amigos, buen día. La fuerte preocupación que reinaba en los mercados el lunes, después de conocidos los datos de manufacturas y de empleos en Estados Unidos, se diluyó rápidamente. La ironía ilustra el cambio de actitud de los operadores en Wall Street, que castigaron a las acciones líderes durante algunas horas, virando hacia el optimismo desde el martes en adelante.

En Japón ocurrió más o menos lo mismo. El efecto del alza de tasa de interés del Banco de Japón quedó parcialmente neutralizado, y ya el martes, mientras en los titulares del mundo solo se hablaba del desplome de la bolsa de Tokio, el índice Nikkei ya cotizaba por encima del cierre del viernes pasado.

Técnicamente, tanto los índices de Nueva York como el de Tokio habían dejado gaps en el inicio de operaciones del lunes. Dichos gaps están siendo cubiertos en forma lenta, y recién cuando todos lo sean veremos si la recuperación desde el lunes por la tarde a la fecha es sustentable, o si reaparece la crisis. Si lo hace, la experiencia nos dice que no tiene la misma fuerza.

El riesgo de recesión en Estados Unidos existe, y es tangible. El ISM de servicios, conocido el lunes, atenuó el temor, pero es solo un dato en medio de otros tantos que ofrecen cifras negativas.

Recién la semana próxima, con los datos de inflación minorista, se podrá ver si la Fed se encamina seriamente a un recorte de tipos, o si en septiembre volverá el discurso que la mayoría de los banqueros centrales expresa cuando hablan sin hablar: estamos pendientes de los datos.

El mercado de divisas presenta un comportamiento más coherente. La ausencia de datos clave provoca movimientos pausados y lentos en los pares principales, con excepción de lo que tiene al yen entre sus componentes. Estos últimos no tienen paz, y se mueven frenéticamente sin pausa. Los cruces GBP/JPY, EUR/JPY y, sobre todo, el AUD/JPY han mostrado alzas y bajas violentas en las últimas sesiones, con un desarme de posiciones masivo, que ahora quedó en el olvido.

El euro no encuentra el camino para avanzar hacia 1.1000, y por momentos se prepara para caer con fuerza. No esperamos movimientos relevantes para un viernes cuyo calendario estará casi vacío. La moneda única boya en torno a 1.0915, sin una dirección clara, y solo a la superación de 1.0945 podría encontrar un camino alcista sustentable. Sin embargo, el quiebre de 1.0890 generaría, como quedó antes mencionado, un camino bajista del mismo tenor.

La libra esterlina choca, una y otra vez, contra una línea de tendencia bajista en el gráfico de 4 horas, que esta mañana pasó por 1.2770, desde donde inició una corrección bajista que puede llevarla a la zona de 1.2700 durante las próximas horas.

El yen se muestra nuevamente débil, en momentos en que su recuperación se estanca producto del cambio de humor de los mercados. Los rumores de recorte de la Fed se mantienen, pero no con la intensidad de las semanas anteriores, y tal pareciera que el recorte, si se produce, será solo de un cuarto de punto, por lo que los rendimientos de los bonos del Tesoro podrían volver a subir, y aplacar cualquier intento alcista de la moneda nipona. En las próximas horas, el par USD/JPY deberá quebrar 145.50 para que el yen recupere terreno en forma sólida.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.

Desempleo y Medio Oriente acaparan la atención de los mercados

Hola Amigos, buen día. La sesión del miércoles no dejó modificaciones importantes en los mercados, con un dólar que lentamente va recuperando posiciones. Es evidente que el ISM de servicios de Estados Unidos conocido el lunes alivió las preocupaciones por una recesión, que se habían acelerado entre el jueves y viernes pasado por el ISM de manufacturas, muy lejos de lo esperado, y el dato de nóminas de empleo no agrícolas, en su menor nivel en varios meses.

Por otro lado, la caída de la bolsa de Tokio del lunes fue revertida en buena parte. Llamativamente, un funcionario del Banco de Japón señaló que la entidad no seguirá aumentando la tasa de interés en tanto los mercados presenten la volatilidad actual. Estas palabras parecen haber buscado calmar a los fondos que se vieron sacudidos por la recuperación del yen ante el desarme de posiciones frente al dólar australiano en primer término, y otras monedas de alto rendimiento en menor medida.

Estos grandes fondos parecen utilizar en estas instancias recursos que son más habituales en operadores minoristas, como la compra en niveles mínimos. La crisis no ha terminado, según varios analistas, y solo se ha tomado una pausa. Pero la apariencia es que, si regresa, lo hará con menos énfasis.

En este contexto, el calendario de noticias del jueves ofrecerá como atractivo principal las peticiones semanales de subsidio por desempleo. El dato no suele ser el más impactante precisamente, pero a falta de otros informes, y con los mercados especialmente sensibles a todo lo que tenga que ver con el mercado laboral, buscarán pistas en esta cifra para tomar posición. En principio, las peticiones serían menos que las publicadas la semana anterior, y si esto es así, el dólar se beneficiaría.

Por otro lado, la tensión en Medio Oriente crece al máximo. Como pocas veces, los especialistas en la cuestión le ponen fecha y hora a un probable ataque iraní contra Israel. Los mercados se encuentran en alerta, y este ataque parece inminente. El oro es el activo que mayor respuesta ofrece a este tipo de acontecimientos, y su baja del miércoles luce como una plataforma de lanzamiento para un alza importante.

En los últimos días, el oro se ha movido en forma errática, sin sentir el efecto de la crisis financiera del lunes, y sin seguir los pasos de las monedas principales, con las cuales suelen alinearse. En el corto plazo, el quiebre de 2420 dólares podría ser un disparador al alza. En cambio, una caída debajo de 2350 dólares le daría un empujón que tendrá como siguiente soporte la zona de 2300 dólares.

En cuanto a las monedas, el euro mantiene un sesgo alcista muy marcado, y su inmovilidad de la víspera solo aquietó el mismo. La superación de 1.0965 lo llevará a su máximo de la semana (y prácticamente del año) en 1.0005. Ante un quiebre de 1.0900, la zona de 1.0870 será el soporte a seguir este jueves.

La libra esterlina sigue sin poder recuperarse, y ya cayó de 1.2700. La zona de 1.2655, mínimo de varios meses que tocó el martes será el primer soporte, seguido de 1.2620 y 2.2580. La libra se ve afectada por la salida de posiciones de carry trade frente al yen, pero también por el recorte de tipos de interés del Banco de Inglaterra.

El yen se mueve en forma totalmente anómala, producto de la situación antes mencionada. La zona de 148,50, que es el 50% de retroceso de la baja 155.20 y 141.60 es el objetivo a seguir al alza en el par USD/JPY, con soportes en 145.00 y 143.00 para las próximas horas. La tendencia del cruce es ligeramente alcista en el gráfico de 4 horas.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.

Las bolsas recuperan, el dólar se reacomoda

Hola Amigos, buen día. Lentamente, las bolsas de valores retoman su actividad normal, después del colapso de la bolsa de Tokio, cuyo principal índice, el Nikkei 225 cayó de manera brutal. En realidad, esta fue la consecuencia del desarme de posiciones de carry trade, palabra que se puso de moda hasta en los programas amarillos de televisión, con algunas características que conviene revisar.

La modalidad del carry trade es sumamente antigua, y consiste en tomar deuda en una moneda de bajo costo, en este caso el yen, para invertir en otros activos más competitivos. Como señalamos el martes, se trata de una práctica rentable en tanto quien la practica salga de la misma a tiempo. Como quedó a la vista, muchos no lo hicieron.

Lo llamativo, o no tanto, es que el carry trade estuvo hecho entre el yen y el dólar australiano en mayor medida. El euro apenas se movió, la libra sí sintió el impacto, pero el Aussie prácticamente se desplomó a mínimos de 10 meses, alcanzando 0.6345 en su punto más bajo.

Ya en la crisis de 2007 y 2008 el dólar australiano había sido elegido por los fondos para este modelo, siendo que en aquella oportunidad la tasa de interés del Banco de la Reserva de Australia llegó a superar el 7%, siendo la más fuerte de entonces.

La libra esterlina también había sido blanco del carry trade, con una tasa del 5.75% en su hora. Ambas monedas se desplomaron apenas se iniciaron los recortes de tipos de interés de ese tiempo, en los meses previos a la debacle de septiembre de 2008. La libra esterlina, que había llegado a 2.1100 frente al dólar, alcanzó 1.3500 en su peor nivel de esa crisis. Eran otros tiempos, más volátiles y sin muchas regulaciones.

Esta vez todo fue más moderado, pero los precios bajaron con el mismo ritmo frenético. El cruce GBP/JPY cayó 2800 puntos, y el AUD/JPY 1950 puntos, llegando al mínimo de abril de 2023.

No por casualidad, el dólar australiano llegó a su mínimo (0.6345) en el mismo instante en que el yen llegaba a su máximo de varios meses (141.60), llevando al cruce que los une a 90.11. Rápidamente, el yen retrocedió más de 200 puntos, el Aussie los ganó, y el cruce AUD/JPY subió 350 puntos.

El detonante de esta situación fue el aumento de la tasa de interés por parte del Banco de Japón, ocurrido la semana pasada, que sorprendió, a medias, a quienes estaban interiorizados de la situación. El BoJ, dirigido por el Sr. Ueda, fue mucho más allá de lo previsto con su tasa en cero, que aumentó a tal nivel en abril después de 8 años, con la inflación de Tokio controlada, pero muy por encima de lo tolerable en un país que no la sufre habitualmente.

El martes, la situación se recompuso. En buena medida ayudó el ISM de servicios de Estados Unidos conocido el lunes. Sin embargo, el clima enrarecido se mantiene, y no puede descartarse una nueva baja de los índices de Nueva York. Estos, junto con el Nikkei 225 y los índices europeos, comienzan a cubrir sus gaps del viernes al lunes. Los gaps siempre se cubren.

En cuanto a las monedas principales no hay novedades relevantes. El yen mantiene su alocado ritmo de las últimas sesiones, con oscilaciones de 150 a 200 puntos en minutos, que lo tornan inoperable.

El euro sigue apuntando al alza, pero sin mucha convicción, y le costará pasar 1.1005, nivel que tocó en su máximo del lunes. La libra esterlina no se recupera del golpe de knock out del recorte de tipos del Banco de Inglaterra, pese a que estaba anunciado. La libra siente el efecto del carry trade, en menor medida que el dólar australiano, pero en forma evidente. El par EUR/GBP, por las nubes.

El oro, que se vio sacudido por lo sucedido el lunes en Asia, presenta una extraña pausa, propia de cuando está incubando algo. La crisis de Medio Oriente se agrava, y la onza parece prepararse para subir. Esto quedará confirmado a la superación de 2420 dólares.

La agenda de este miércoles no tiene mucho para ofrecer. De todos modos, es suficiente con lo que estamos viendo en todas las latitudes. Le diría que hasta generan nostalgia los informes con pronósticos groseramente errados que vemos día a día.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.

Crisis en los mercados: previsible y evitable

Hola Amigos, buen día. Lo que temían los mercados, finalmente sucedió el lunes. Desde el inicio de la sesión asiática, la bolsa de Tokio sufrió una caída que alcanzó niveles récord anteriores a 1987 (casualmente el yen tocó mínimos de esa época tres semanas atrás), al tiempo que el resto de las bolsas importantes de Asia perdían posiciones en forma frenética.

Un conjunto de factores se agrupó para explicar lo que parecía inevitable, y que finalmente lo fue. Los datos conocidos en Estados Unidos en las últimas semanas (no solo los de empleo a los que se atribuyó la crisis y que recién se conocieron el viernes pasado fueron por demás elocuentes. La inflación, a la baja; las ventas minoristas, creciendo en forma imperceptible; los datos de manufacturas, en niveles mínimos de un año; las nóminas de empleo privadas, debajo de lo previsto; las nóminas no agrícolas, muy por debajo de lo previsto, aunque esto último no suele ser novedad (los pronósticos, pensando que están hechos con seriedad, parecen realizados por estudiantes de economía).

La economía estadounidense viene dando señales, no tan graves por cierto, de que el crecimiento esperable después de haber inyectado 10 billones de dólares en poco más de dos años, no es tal. La Fed parece haber tomado nota hace unos cuantos días, cuando en las jornadas previas a su última reunión de política monetaria, diversos funcionarios del FOMC se dieron cuenta de que había que comenzar con los recortes de tipos lo antes posible. Como la reunión se acercaba, la expectativa se situó para septiembre.

Tanto el presidente Powell como el resto del Comité defendieron hasta ahora -con uñas y dientes- la rígida política monetaria justificada en una inflación al menos un punto porcentual menor a que había cuando los mismos funcionarios defendían su flexibilización monetaria de 2021.

En otras palabras, con la inflación al 4% se justificaba emitir 120 mil millones de dólares mensuales, que obviamente llevaron al costo de vida a rozar el 10%, bajo el argumento de que se trataba de un “fenómeno transitorio”; ahora, con la inflación apenas por encima del 3%, no se permite bajar la tasa de interés con la excusa del temor a un rebrote inflacionario.

Estas desinteligencias, por así llamarlas, han creado un nivel de confusión tal que la bolsa de Nueva York llegó a máximos históricos en las semanas anteriores durante varios días consecutivos -es verdad que la supuesta victoria de Donald Trump, ahora puesta en duda, contribuyó en forma decisiva- para ceder terreno en estos días, cuando la Fed ya está dando señales de recortes, incluso antes de su reunión de septiembre.

La situación es distinta a la de 2007 y 2008, cuando la economía ya estaba en recesión y la crisis era cuestión de tiempo. Pero llama la atención la similitud con que ahora la Fed se muestra apurada por sacarse el problema de la tasa de encima con la forma en que lo hizo entonces. De hecho, en enero de 2008 recortó dos veces, y llegó al fatídico septiembre de ese año con la tasa en el 2%. Ahora está en el 5.5%.

No solo esto llama la atención. La coincidencia se extiende al comportamiento del yen en esa época, muy similar al actual. A mediados de 2007, el yen había llegado a mínimos de 5 años en la zona de 124.00. Cuando la Fed inició los recortes, en septiembre de ese año, el yen ya operaba en 116.00, y llegó a 87.00 en diciembre de 2008, cuando la Fed dejó la tasa en cero.

En los últimos días, el yen recuperó 2000 puntos (es verdad que el lunes cedió unos 450 hasta la sesión asiática de este martes, cuando este reporte es elaborado), con la Fed preparada para comenzar los recortes. No sería lógico pensar en una tasa en cero próximamente, pero sí en un yen visitando 130.00 si la Fed se apura, y si los bancos centrales de Europa y Reino Unido siguen recortando.

Hay que acotar, en esta instancia, que el yen ha sido tomado como el activo a vender, a favor de las inversiones en monedas más competitivas como el euro y la libra esterlina. El carry trade suele terminar mal, y esta vez no es la excepción. El par EUR/JPY bajó 2100 puntos en poco más de 3 semanas, y el cruce GBP/JPY 2800 puntos en el mismo período.

Justamente, en el alza de tasa de interés del Banco de Japón reside el principal motivo de la crisis del lunes. La misma fue neutralizada rápidamente con el ISM de servicios en Estados Unidos, que extrañamente superó a la cifra esperada.

La bolsa de Nueva York sufrió menos que la de Tokio, y es lógico. En Japón preocupa que el Sr. Ueda, titular del Bank of Japan, haya dicho que los aumentos de tipos no tienen por qué detenerse en el 0.15% de la semana pasada, que llevó a la tasa al 0.25%. La caída del Nikkei 225 fue, digamos, una advertencia, dura por cierto, al BoJ, que se acordó de aumentar su tasa exactamente al tiempo en que los demás bancos centrales se acordaron de recortar. Más coordinado, imposible.

Los movimientos de las monedas son erráticos, volátiles e imprevisibles. El euro llegó a su máximo desde el 2 de enero en 1.1005, no por mérito propio, sino por la baja general del dólar. No parece tener mucho más para ganar en el corto plazo la moneda única, que podría retroceder a la zona de 1.0865 sin muchas dificultades. No hay datos que justifiquen su crecimiento.

Tampoco los tiene la libra, que se ve aturdida por el recorte del Bank of England del jueves pasado, pese a que había sido largamente anunciado. Solo la superación de 1.2900 podría cambiar su actual sesgo bajista, y no tiene incentivos para hacerlo pronto.

El yen se ve alentado por el Bank of Japan, por la baja de los rendimientos de los Bonos del Tesoro, en mínimos que no tocaba desde enero pasado, y por la búsqueda de refugio en activos seguros. Por cierto, el yen no actúa como tal en estas horas. Sus oscilaciones de 200 a 300 puntos en minutos lo asemejan a una acción que combate para no ir a la quiebra, y no con la moneda elegida por los operadores cuando las cosas se ponen difíciles. Por el momento, el gap de 141.00 es el nivel que tiene por delante la moneda nipona, aunque le costará tener un rally como el del lunes.

En medio de todo se encuentra el conflicto en Medio Oriente, con amenazas veladas entre todas las partes involucradas, que erizan la piel de los operadores. El petróleo, afectado por la posibilidad cierta de una recesión profunda, apenas se hace eco de esta cuestión clave para la seguridad global.

La impresión que queda al cabo de un lunes que quedará en la memoria y no por buenos motivos es que las pérdidas generadas en la primera parte del día fueron totalmente previsibles. Y también que si los bancos centrales no hubieran caído en la cómoda posición de emitir dinero sin sustento -sin excepciones- esta crisis, que en opinión de quien suscribe ya está neutralizada y controlada, pudo evitarse. Mucho pedir para funcionarios que, más allá de su profesión, son políticos.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.

Dato de empleos: ¿Golpe al dólar?

Hola Amigos, buen día. Después del anuncio de política monetaria de la Fed, con el discurso del presidente Powell dejando en claro que habrá recortes de tipos de interés en septiembre, el dólar se movió en forma errática durante la sesión del jueves.

El ISM de manufacturas, conocido en la víspera, arrojó cifras alarmantes, con una caída a 46.8 puntos, que no experimentaba desde diciembre de 2023. Esta medición no hace más que confirmar la voluntad de la Fed de iniciar su ciclo de recortes.

Pese a ello, el dólar logró hacer pie ante las monedas principales. El euro llegó a 1.0776, su valor más bajo desde el 3 de julio, donde encontró soporte en la banda inferior de un canal bajista medido en el gráfico de 4 horas, para mantenerse en dicha zona durante gran parte del día.

Para cambiar su sesgo bajista actual, la moneda única deberá ahora superar varias resistencias importantes, la primera de las cuales es 1.0805. Si lo logra, la zona que sigue es 1.0830 y, más arriba, 1.0865.

La libra esterlina tuvo un día para el olvido. No fue sorpresa. El Banco de Inglaterra recortó su tasa de interés al 5% en forma totalmente previsible, y el único atenuante fue que la votación del Board no fue unánime, y el recorte tuvo solo un voto a favor más que en contra, 5 a 4. Eso fue lo que en parte salvó a la libra de un desplome, pero no pudo evitar que llegue a 1.2726, su mínimo desde el 3 de julio, apuntando a la baja para las próximas horas.

El yen mantiene un tono positivo en estas horas, ahora luchando por alejarse de 150.00 En la sesión asiática del jueves llegó a 148.50, donde encontró soporte en el 61.8% del alza anterior medida en el gráfico semanal. También, en una línea de tendencia de largo plazo, dos obstáculos importante que deberá quebrar para apuntar a 141.00. En tal nivel dejó un gap a inicios de enero y, como se sabe, los gaps siempre son cubiertos. En el corto plazo, la zona de 149.00 es el primer soporte del par USD/JPY.

La onza de oro coquetea nuevamente con sus máximos históricos, que alcanzó el 17 de julio en 2483 dólares. La fuerte baja de los rendimientos de los bonos del Tesoro favorece al metal precioso, que llegó a 2462 dólares, apenas a 21 de marca máxima mencionada.

El alza del dólar señalada al inicio responde, sobre todo, a una fuerte baja de las acciones principales en Wall Street. La euforia inicial de los mercados tras los anuncios de la Fed se apagó pronto, y los índices principales no tuvieron su mejor día.

Este viernes tienen una buena oportunidad de recuperarse, al tiempo que el dólar podría sufrir un marcado retroceso. A las 8:30 del este se conocerán las nóminas de empleo no agrícolas de julio, con un pronóstico poco alentador, y con la presunción de que la cifra finalmente publicada puede ser mucho peor de lo esperado. Si esto ocurre, euro, libra y yen tendrán mucho para ganar.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.